La situación económica del Derby County ha alcanzado uno de sus peores momentos desde la llegada de Mel Morris como máximo accionista en 2015; el club está obligado a subir de categoría si no quiere poner en peligro su estabilidad económica, según apunta 'Daily Mail'.
Los numerosos intentos del dueño de la entidad de ascender a la Premier League le han generado unas pérdidas de más tres millones de euros al mes, algo que no supone un gran contratiempo para Morris, cuya fortuna se acerca a los 660 'kilos'.
Sin embargo, el que fuera inversor del juego 'Candy Crush' decidió en el mercado invernal de la temporada pasada vender el club, y comenzó a buscar accionistas en China y Estados Unidos a la espera de conocer el resultado de dicha campaña, en la que los de Lampard se quedaron a un paso de la Premier.
Uno de los mejores colocados para hacerse con la entidad de Derbyshire es Foster Gillet, hijo de George Gillet, el controvertido dueño del Liverpool en épocas de Rafa Benítez en el banquillo. Se trata de una de las pocas personas que han alcanzado una cifra cercana a la requerida por el actual inversor, más de 60 millones.
Solo queda la duda de saber si el cambio de dueño podría afectar al cargo otorgado a Wayne Rooney como entrenador-jugador a partir de enero de 2020, el mítico delantero inglés abandonará la MLS para unirse a los 'rams'.