Pocos se atreverían a soñar con el Sevilla en lo más alto de la tabla en la jornada 13 de LaLiga. Menos aún, después del inesperado desenlace de la cuarta fecha del campeonato con la derrota por 0-2 ante el Getafe de Pepe Bordalás.
Incluso llegaron a escucharse ciertos cánticos en contra de la directiva, personificados en Pepe Castro, que mostraban el descontento de la afición ante la dinámica de resultados. Por aquel entonces, los rojiblancos solo habían conseguido ganar un partido (Rayo), empatar otro (Villarreal) y perder dos: (Betis y Getafe).
La Europa League asomó en el horizonte a raíz de las dudas en la planificación deportiva así como de la falta de adaptación al estilo de un nuevo entrenador. En la competición en la que es el mejor club de la historia se reencontró con el gol, con la victoria y las buenas sensaciones.
Cambio de sistema
Vista la incapacidad de anotar, las bajas en defensa y el flojo rendimiento de varios jugadores de la plantilla, Pablo Machín optó por reestruturar el once manteniendo el dibujo que le hizo llegar a la capital de Andalucía.
Ben Yedder y André Silva se convirtieron en inseparables, ambos sustentados por Sarabia y un doble pivote articulado por Franco Vázquez y Banega. Lejos de reprimir cualquier tipo de cansancio, Jesús Navas se adueñó del carril derecho y el equipo empezó a funcionar.
Desde entonces: nueve victorias, dos empates y dos derrotas. Una racha que les ha llevado a anotar 33 goles a favor por tan sólo 12 en contra.
Pese a no tener la clasificación totalmente garantizada en Europa, la situación en Liga es inmejorable. Dado el rendimiento irregular de los clubes que suelen vivir en la élite de la competición, los de Nervión, terceros a dos puntos del líder, dependen de sí mismos para superar al Barcelona.
Este domingo, a las 16:15, reciben al Valladolid en el asalto al liderato. Un encuentro para el que se ha habilitado la posibilidad de que los socios que no vayan a asistir al encuentro puedan ceder su localidad. Las entradas están prácticamente agotadas. La cuerda del Sevilla es indescifrable a estas alturas de temporada, pero desde luego se ha ganado la licencia para soñar.