Los Reyes Magos pasaron por Madrid, pero no le dejaron nada al equipo de Solari. No hubo oro, tampoco incienso ni mirra, solo se vio una cosa sobre el césped y es algo a lo que, desafortunadamente, se está acostumbrando el madridismo en esta temporada: la impotencia.
Sin demasiado que reprochar a la plantilla, otra vez volvieron los fantasmas que prometían ser expulsados nada más conquistaron el Mundial de Clubes. Lucas Vázquez acabó rompiéndose la camiseta, Luka Modric, con la cara desdibujada y todo el Bernabéu, pidiendo clemencia a Munuera Montero, que se dejó por el camino, de la mano del VAR, un penalti a Vinicius.
Falta mucho para que el Real Madrid vuelva a ser el de siempre y eso lo reflejó la actitud de la Real Sociedad. El combinado vasco se limitó a esperar en su campo, si bien tuvo fácil amoldarse a ese plan al adelantarse en el minuto 2 con una pena máxima ejecutada por Willian José.
Hubo espacio y casi 90 minutos para que el Madrid se juntara y formara el ariete que derrumbó todos los muros en Europa tres años seguidos, pero faltó precisión y, sobre todo, fe. Benzema no es el que prometía ser a principios de temporada, Lucas se autoexpulsó y la responsabilidad acabó cayendo en Vinicius, un recién llegado de 18 años que se echó el equipo a la espalda y remó solo, demasiado solo.
Ni la épica sirvió
Por suerte o fortuna, nunca se sabe, el Madrid lo intentó y, al menos este domingo no se le puede acusar de falta de compromiso. La parte positiva es que los jugadores, algunos de ellos faltos de forma, pusieron de su parte y el juego de bandas fue bastante bueno. La negativa es que, ni con esas ganas, los blancos vuelven a ser lo que fueron.
Isco volvió a quedarse en el banquillo y su entrada tras el descanso dio algo de aire fresco. El partido se pasó a ser de ida y vuelta tras un monólogo blanco un la primera mitad, pero la expulsión de Lucas dejó en estado crítico a un Madrid que utilizó más el orgullo que la razón.
Ni la épica fue eficaz. Con diez jugadores y empujados por las órdenes de Ramos, casi todo el peligro lo creó Vinicius. Rozó el gol en dos ocasiones el brasileño y el Bernabéu se lo reconoció, consciente de que era lo único positivo de la tarde. La grada, entregada en el momento más crítico, vio desmoronadas sus expectativas de remontada a causa de un gol de Rubén Pardo en los minutos finales.
Otra jornada más que el Madrid no es capaz de apretar y seguir en la lucha por el título. Los blancos dormirán en puestos de Europa League, a un punto del Alavés (puestos Champions) y, como mínimo, quedarán a siete del Barcelona.