El partido tenía un solo color. Bueno, dos, el azul y amarillo del Fenerbahçe. Los turcos dominaban a su rival, y ya a los cinco minutos tuvo Moses, cedido por el Chelsea al Fenerbahçe, tuvo la primera clara.
Pero el Zenit se estaba defendiendo bien, y el gol se hizo de rogar. Tardó otro cuarto de hora en caer, quince minutos de intenso asedio turco.
Finalmente, en el minuto 21, apareció Slimani para recoger un balón rebotado en un saque de esquina. Moses y Hernani habían saltado a por él, el primero a rematarlo, el segundo a despejarlo, y en vez de eso, lo dejaron muerto en el área.
Slimani, quien también había saltado a rematar un metro detrás de la pareja, se percató de la situación antes de que el resto de defensores rusos pudieran reaccionar, y en un abrir y cerrar de ojos remató, alojando el esférico en el fondo de las redes de Lunev.
12 de febrero de 2019