Comenzó la Copa Confederaciones, ensayo del Mundial del próximo año, y lo hizo con un choque vistoso entre Rusia y Nueva Zelanda, en el que los anfitriones fueron muy superiores y no golearon por pequeños detalles.
Rusia dominó desde el inicio y sólo la buena actuación de Marinovic y el escaso acierto de sus atacantes mantuvo la incertidumbre en el marcador hasta el final.
Glushakov hizo el 1-0 en una acción en la que picó con mucha clase por encima de Marinovic tras dejada de Poloz. El balón se fue al palo y la defensa neozelandesa no pudo evitar el tanto sobre la línea.
Con mínima ventaja local se llegó al descanso, pero la segunda mitad tuvo un guion parecido. Rusia dominó y Nueva Zelanda abusó de un fútbol directo que apenas le dio ocasiones, más allá de una gran volea de Thomas fantásticamente repelida por Akinfeev cuando el resultado ya era de 2-0.
El segundo tanto, precisamente, había llegado después de una gran acción de Smolov, que cedió a Samedov para luego remachar en el segundo palo con el portero vencido.
El propio delantero del Krasnodar, el mejor de los locales, se gustó en los últimos minutos y la diferencia pudo ser aún mayor si tanto él como sus compañeros hubieran aprovechado sus buenas acciones en ataque.
No lo hicieron y el 2-0 fue el marcador definitivo del choque inaugural. Una nueva Rusia de Cherchésov que dejó grandes detalles ante una de las cenicientas del torneo. Contra México o Portugal será distinto.