Fue, cómo decirlo... Extraño. Debería haber celebrado el gol del empate con euforia, pero no. Se contuvo, y Carlos Soler únicamente se llevó un dedo a la boca, el gesto universal del silencio, mientras miraba a una grada del todo vacía.
Ha sido uno de los detalles que más han llamado la atención del Valencia-Getafe, más allá de su enloquecido desenlace. Soler marcó el 2-2 y mandó callar.
November 1, 2020
¿A quién? ¿A sus rivales del Getafe, que tanta guerra le habían dado al Valencia? ¿A sus críticos? ¿A la afición del club che, descontenta con el desempeño de su equipo? Si fue esto último, que nos lo explique, pues la grada de Mestalla estaba completamente vacía por el coronavirus. Nunca lo sabremos, y todo el mundo se pregunta lo mismo.