¿Sólo existe doping en el ciclismo?

Con la noticia sobre el positivo por salbutamol de Chris Froome anunciado por la UCI, el mundo del ciclismo vuelve a sufrir otro duro golpe. Uno más para un deporte que está ya acostumbrado a este tipo de contratiempos.
Lo que sorprende cada vez que se conoce un nuevo caso de dopaje en ciclismo, es la brecha que existe entre casos de dopaje en unos determinados deportes, en concreto el ciclismo y el atletismo, y otros, como el fútbol o baloncesto, donde casi ni se conocen casos relevantes.
Sin embargo, la razón es sencilla. El ciclismo sufrió una catarsis profundísima a finales del siglo XX con el 'Caso Festina' Desde entonces, los recursos materiales, económicos y personales invertidos en la persecución del dopaje son enormes.
No se deja pasar ni uno, se juzga y sanciona, y por supuesto, se cumplen dichas sanciones. No se puede decir lo mismo en el fútbol. En España sólo se recuerda como caso importante, el de Carlos Gurpegui. El ex del Athletic dio positivo en 2002 por nandrolona, y fue suspendido durante dos años.
La situación es especialmente preocupante en España. Incluida en la lista negra por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) por no haberse adaptado a la normativa del Código Mundial Antidopaje, a principios de años se supo que el fútbol español llevaba un año sin realizar controles anti doping.
Como consecuencia, el Laboratorio de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte fue suspendido. Mientras tanto, la AMA acordó que fuesen las federaciones internacionales las que llevaran los controles en España.
Pero, una vez más, el futbol se libró. Puesto que la FIFA sólo tiene competencias sobre las Selecciones, y la UEFA sobre las competciones que organiza, el resto de clubes del fútbol español quedaron libres de someterse a controles rutinarios.
Cuando, durante la 'Operación Puerto', el doctor Eufemiano Fuentes se ofreció a dar nombres y apellidos de los deportistas con los que trabajó, el tribunal lo rechazó aludiendo que no era lo que se juzgaba. Otra oportunidad perdida de limpiar el deporte español desde lo más profundo.
Mientras en otros deportes se persigue el dopaje sin descanso, el mundo del fútbol se empeña en mirar para otro lado. Ante las últimas acusaciones sobre dopaje de la Selección Rusa de fútbol, la única explicación del máximo dirigente del deporte ruso es decir que el dopaje en el fútbol no sirve de nada.
La FIFA abrió, como no podía ser de otra manera, una investigación para aclarar el asunto. Tras algunos meses concluyó que no existían evidencias de dopaje sistemático en el fútbol ruso. Casualmente o no, en el resto de disciplinas hubo multitud de sancionados y suspendidos.
Muchas voces autorizadas y famosas del fútbol han pedido medidas más duras, pero nadie se atreve a 'meter mano' al dopaje en el fútbol. Y es que 'no hay más ciego que el que no quiere ver' y la inacción de la UEFA y FIFA en materia de dopaje sólo arroja sospechas sobre el mundo del fútbol.