El Manchester City se cambió de traje. Más bien se quitó la ropa de trabajo que se puso en el debut de Champions ante el RB Leipzig. En el mismo escenario se vio a un cortocircuitado equipo días después de la goleada.
Quizá todavía les dura la resaca del 6-3 porque el Manchester City solo hizo un disparo a puerta en 96 minutos que duró la cita con el Southampton. Los 'saints' sacaron un gran punto de una casa de lo más complicada.
El Southampton plantó cara de principio a fin y supo cómo cortarle las alas al City. Completamente distinto, la cara de Guardiola lo decía todo cada vez que las cámaras lo enfocaban. No había lucidez ni peligro sobre el césped.
Un cabezazo de Gündogan se marchó por encima de la portería y Bernardo Silva no llegó por muy poco en lo más destacado del primer tiempo. Stephens tuvo que irse por lesión y en su lugar entró Salisu, que acabó evitando otros tantos intentos del City.
Livramento fue de los mejores, un dolor de cabeza que no encontró la forma de hacer caer por completo al City. En la segunda mitad, el colegiado pitó un penalti a favor del Southampton que luego fue a ver al monitor y lo acabó anulando.
Armstrong ya se estaba cayendo y metió la pierna antes que Walker, que protestó hasta la extenuación y con razón. Después, el VAR salvó a los 'saints' porque anuló un tanto del City por fuera de juego de Sterling, de modo que fue equitativo.
El Manchester City acabó maniatado y con la sensación de que los goles se los dejó en Champions. El Southampton volvió a sumar un punto tras montar un muro y dejar a los de Guardiola con solo un disparo a portería.