"A nuestra gente hay que mirarla al final del partido y decirles que lo hemos dejado todo en el campo. Nunca podremos llegar a su nivel, y eso me duele. No vamos solos, vamos con ellos que no nos fallan nunca y si nos hubieran dado 5.000 entradas, se hubieran agotado igualmente en pocos minutos", comentó el técnico tras venderse todas las localidades visitantes.
El jienense destacó que el partido del domingo tiene que ser "una fiesta del fútbol asturiano" porque, aunque no se quiera ver así, "Sporting y Oviedo se necesitan". Además, abogó por tener claro que, pase lo que pase en el choque, el campeonato sigue.
"Tenemos que ir de la mano en muchas cosas queramos o no. He vivido los derbis anteriores de la misma manera, con la tranquilidad que requiere, porque será a la hora de la verdad cuando tengamos que hacer lo que corresponde. Para bien y para mal, después del domingo no se acaba la Liga", advirtió el propio Anquela.
El entrenador carbayón quiere que los suyos se alejen del "ruido externo" para no tener una presión añadida y reconoce tener dudas para conformar el once, pero explica que eso se debe a que sus futbolistas, con su buen rendimiento entrenando, hacen que las tenga.
"Podemos competir ante cualquiera, y el Sporting no es una excepción, lo único que hay que hacer es ser nosotros mismos. Yo trato de visualizar el partido antes, y a veces acierto y a veces no. Sabemos contra quién nos jugamos los cuartos", concluyó el andaluz.
El primer equipo trabajó a puerta cerrada con la ausencia de Omar Ramos, baja que "trastoca" los planes del domingo tras confirmarse su lesión muscular, y que corre distinta suerte a Carlos Hernández, al que han estado "cuidando" desde el cuerpo técnico durante la semana, aunque llega para el derbi en El Molinón.
22 de marzo de 2019