Tano parece haber despertado al fin de la pesadilla. Tras ocho meses de inactividad y un largo proceso de recuperación, el zaguero encamina ya sus pasos a su reincorporación al cuadro rojillo.
Eso sí, el recuerdo de su lesión permanece vívido en su retina. El jugador nunca olvidará aquel choque fortuito con Isco en un lance del partido contra el Real Madrid. Las imágenes fueron tan escalofriantes como el posterior diagnóstico: fractura de tibia y peroné.
Ahora, en los últimos compases de su recuperación, Tano ha desvelado cómo vivió aquella experiencia: "Lo he pasado mal, más que físicamente, psicológicamente. Pasan los días y ves que te duele, que no te recuperas, que la familia lo pasa mal, que al equipo no le están saliendo las cosas", aseguró.
El jugador, que experimentó la cara más amarga del fútbol, ahora vuelve a entrenarse con los suyos: "La noche anterior no pude dormir mucho y cuando salí al campo para entrenar con el equipo tenía un hormigueo en el estómago. Era como volver a empezar".