En miércoles de Champions, terapia de choque. El Barça regresó a Lisboa para comprobar que la capital lusa se ha convertido ya en su ciudad maldita. El equipo azulgrana se llevó un rapapolvo que compromete tremendamente su continuidad en esta Champions League y deja a Koeman herido de muerte ante un Benfica que ni tan siquiera tuvo que hacer un partidazo para ganar 3-0.
Los azulgranas calcaron en suelo luso el resultado de la primera jornada ante el Bayern y de nuevo el técnico se llevó la peor parte. Pero no fue el único marcado en rojo en la cita. Luuk de Jong volvió a confirmar que es un jugador indigno de un club como el azulgrana. Y Eric García hizo aguas en defensa y terminó desquiciado y expulsado. Demasiados despropósitos como para salir con un resultado potable de Lisboa tras una montaña rusa de emociones.
Y eso que el Barça cuajó un buen primer tiempo. Se puso el mono de trabajo ya con el 1-0 en contra, que llegó en el minuto 3 en una espléndida acción individual de Darwin Núñez. El uruguayo aprovechó los espacios y confirmó que el esquema de tres centrales en el que Koeman insiste no termina de funcionar. Horrible Eric García en la marca y también en el hombre a hombre con el charrúa. El ex del Almería fusiló a Ter Stegen en el primer palo con demasiada libertad.
De nuevo en Lisboa y de nuevo abajo en el marcador nada más empezar. La cara de los Busquets, Sergi Roberto o Piqué, que ya habían vivido algo así en Da Luz, lo decía todo. Pero el Barça cuajó pese a todo una primera hora bastante decente. Pudo empatar pronto, pero Luuk de Jong no fue capaz de remachar a portería vacía un pase de la muerte de Frenkie de Jong que Veríssimo sacó de forma milagrosa. El ex del Sevilla no participa en el juego del equipo y, pese a que se supone que ha llegado para hacer goles, tampoco los logra.
Frenkie y Pedri lanzaron al Barça hasta el cambio de Piqué. Araujo había empezado a controlar a Darwin Núñez y los azulgranas monopolizaban la posesión, aunque el instinto asesino seguía 'missing'. Y Koeman apareció y no para bien. Ya no es que no mejorara el equipo con su decisión, es que empeoró las cosas con la sustitución de Piqué por Gavi no se sabe bien si para protegerle de una roja o por cabreo después de que amboos discutieran de forma evidente.
El técnico del Barcelona retrasó a Frenkie de Jong y le colocó como central, una posición en la que no brilló la pasada campaña y tampoco lo hizo durante este choque. Al Barça, de golpe y porrazo, se le cortó el caudal ofensivo.
Ni con tres atrás ni con cuatro
El técnico siguió con su idea recalcitrante de los tres centrales tras el descanso y el conjunto azulgrana poco a poco se vino abajo. Otamendi y Veríssimo avisaron y Darwin Núñez estuvo a punto de hacer aún la herida más grande en una acción en la que Ter Stegen salió a lo loco al centro del campo. El charrúa le regateó y envió al palo sin portero y con todo a favor.
Se libró el Barça del empate, si bien las señales que daba sobre el terreno de juego seguían sin ser buenas. Sin juego y con Frenkie aburrido entre Araujo y Eric García, el Barça estuvo a punto de arreglar las cosas con el balón parado. Peinó el central uruguayo y llegaron solos su compañero de zaga y Luuk de Jong. El neerlandés no fue capaz de embocarla a un metro sin portero.
El paso de los minutos dio alas al Benfica y confundió aún más a un Koeman que se la jugó con un triple cambio con muy pocos visos de funcionar. Nada más entrar Nico, Coutinho y Ansu Fati, el Benfica hizo el 2-0. Yaremchuk tocó para Joao Mário, quien falló el mano a mano, pero Rafa Silva remató completamente solo y con Eric García mirando para sentenciar el choque.
Los últimos minutos fueron una agonía para un equipo sin rumbo y que aún encajó el tercero en un penalti tan absurdo como claro por mano de Sergiño Dest cuando Gilberto intentaba cabecear. Darwin Núñez transformó la pena máxima para llevar al delirio a una afición que solo había sido capaz de celebrar una goleada al modesto Santa Clara esta temporada.
El final del partido fue indigno de un equipo que aún aspira a estar entre los mejores de Europa. Al Barça se le agotó hasta el amor propio otra vez en Lisboa, Eric García terminó expulsado, cada uno hizo la guerra por su cuenta y nadie pensó en el escudo durante una terapia de choque de moderado resultado. No hay puntos, pero quizás sí cambio de técnico.