De las primeras cosas que se le enseñan a un portero cuando aprende el oficio es que hay que cubrir el palo propio, pero a Thiam no le salió bien en el duelo entre el SPAL y la Fiorentina de la jornada 38 en la Serie A. Duncan le pilló desprevenido y abrió la lata.
La jugada fue de toque. Comenzó en el campo 'viola' y terminó dentro del área rival. Fue clave Chiesa. Recibió la pelota en la frontal, la controló con mucha calidad y habilitó a su compañero, que, de primeras y con un chut raso, la mandó al fondo de las mallas.
Ni el guardameta cubrió bien del todo la meta para evitarlo ni la defensa fue capaz de evitar su arrancada desde atrás. Llegó desde la banda a toda pastilla y el lateral no le vio de venir. De ahí que pudiera rematar totalmente solo y a placer colocando el disparo.
Aunque el gol dolió como cualquier otro, no tuvo muchas consecuencias clasificatorias. El SPAL ya estaba descendido a la Serie B y no se jugaba nada. Igual que la Fiorentina, pero con la diferencia de que los de Iachini lograron una posición cómoda en zona media.
Poco le duró la alegría a la escuadra 'viola'. Nueve minutos más tarde, D'Alessandro firmó las tablas.