Todo ocurrió el pasada fin de semana, cuando Chris Maguire transformó un penalti y se volvió completamente loco. El futbolista del Oxford corrió hacia la portería de su rival e intentó enseñarle al portero cómo debería haber parado su disparo desde la pena máxima.
Quizás a modo de mofa o una simple celebración, pero seguro que se ha convertido en la más provocativa -y de mal gusto para Alnwick- de la jornada y posiblemente de la historia.