La salida de Cristiano Ronaldo, a priori, ha debilitado a un Real Madrid que aspira a agrandar su leyenda en la Champions League, sumando su cuarta Copa de Europa consecutiva, la quinta de las últimas seis, la decimocuarta de su historia.
Sin embargo, el camino hasta el Wanda Metropolitano no será un paseillo al campeón, pues, lejos de rendirle pleitesía, son muchos los equipos que quieren ajustar cuentas con un conjunto blanco que tiraniza la máxima competición continental.
Mientras en Turín esperan que Cristiano Ronaldo dé el salto de calidad definitivo a la Juventus, en París confían en que este sea el curso de la consagración de su faraónico proyecto en Europa con Neymar y Mbappé como abanderados.
A lomos de Salah y todo su séquito, Klopp aspira a culminar la misión fallida en Kiev. También en Inglaterra, Guardiola espera poder guiar al Manchester City al olimpo del fútbol europeo, donde sueña estar Pochettino tras la novatada del curso pasado.
En España, Atlético de Madrid y Barcelona sueñan con destronar a su eterno rival. Aunque Simeone ha conseguido tumbar al Real Madrid en Tallin, las dos finales perdidas aún escuecen en la parroquia rojiblanca. En el caso 'culé', Messi advirtió durante el Joan Gamper que los azulgranas llevan demasiados años alejados de la gloria en Europa.
Asimismo, el conjunto blanco no puede dar por dormido al gigante alemán. A pesar de no vivir su mejor época, el Bayern de Múnich es siempre un rival a tener en cuenta por su histórico pundonor.