Y en el minuto 84... Así podría empezar la crónica de un partido en el que todo ocurrió del minuto 84 al 90. Encuentro pobre hasta decir basta.
Hasta entonces, discreta puesta en escena de un equipo con voluntad pero nulos argumentos (la Roma) y otro que prefería esperar y aprovechar la nulidad ofensiva del rival para asestar el golpe.
En ese intervalo de casi hora y media, dio tiempo a comprobar que la Roma pasa por una grave crisis de juego y que el Torino es un equipo sólido que siempre da la sensación de poder dar más.
Al final del partido, el balón parado parecía dar el triunfo a los 'rossoneri' con un buen gol de falta de Pjanic, seguramente el mejor de los suyos. Pero Máxi López, de penalti en el 90', puso el partido en la nada, de donde no debió haber salido.