Marquinhos tiene contrato hasta 2024, y todavía 26 años. Es uno de esos fichajes complicados de acometer, al alcance de muy pocos. Tuchel parece guardar un buen recuerdo de él, y le quiere para el Chelsea.
Fue precisamente el brasileño uno de los puntos de mayor fricción que se encontró Tuchel en París, y no por él, sino por cómo optó por usarle. Nadie entendía su aparente obsesión con reconvertirle en mediocentro, y el alemán era fuertemente criticado por ello.
Según 'Sunday World', Tuchel habría transmitido a la directiva del Chelsea su gusto por el central brasileño, instando a su club a tantear el terreno de cara a un posible fichaje este verano.