Sin ninguna duda, el foco del mundo futbolístico este sábado 14 de septiembre estaba situado en París.
Allí, en la Ciudad de la Luz, Neymar volvía a jugar un partido con el Paris Saint-Germain tras un verano de lo más movido.
El 'crack' forzó hasta el último segundo para abandonar la entidad gala y regresar al Barcelona, pero finalmente su deseo no se cumplió.
'Ney' tuvo que quedarse en esa jaula de oro llamada PSG y, como buen profesional, salió a darlo todo en su primer compromiso del curso.
El '10' fue de los futbolistas más destacados de un conjunto de París que mostró su cara más plana durante los 90 minutos.
Solamente una genialidad pudo decantar la balanza ante el Estrasburgo. Y esas cosas son coto privado de los genios como Neymar.
El brasileño anotó una increíble chilena para dar el triunfo en el añadido al cuadro de París ante una afición que le recriminó hasta la saciedad lo ocurrido este verano.
Los abucheos, silbidos, insultos y pancartas de mal gusto abundaron en un Parque de los Príncipes que, pese a todo, tuvo que rendir pleitesía a Neymar.
El brasileño es uno de esos futbolistas tocados por la varita, hecho de una pasta diferente al resto, de los que tiene grandeza. En definitiva, está en el puñado de los elegidos y volvió a demostrarlo.
Tras el choque el propio jugador ya comentó que está mentalizado a que este año jugará todos los partidos como si fueran lejos de casa.
Le da igual. No le inquieta. Neymar parece estar por encima del bien y del mal.
El astro demostró sobre el césped y tras el choque el lema que luce orgulloso en su cuelo.
"Tudo Passa". Lo bueno y lo malo. Por ello el '10' solo se preocupa de lo primero, que es lo que ocurre en el campo, y trata de disfrutarlo al máximo. Lo demás, se lo deja a sus 'haters'.