Este Arsenal va en serio. Al menos, es lo que pareció en el mercado de fichajes primero, después en la pretemporada y ahora en el debut en la Premier League 2022-23. Los 'gunners', en otra época, solo se conformaban con los lujos más exclusivos, pero, en la última década, la mediocridad estuvo más cerca del Emirates que el oro.
Por eso, la expectación que se había creado con el proyecto y con una pretemporada de 10, con seis victorias en seis partidos y con goleadas de enjundia, necesitaba de una victoria como la que se vivió el Selhust Park ante el Crystal Palace. No se puede hablar, quizás, de brillo excesivo, pero sí de la seriedad, solidez y solvencia necesarias para volver a ser ese Arsenal de otros tiempos.
Los 'gunners' comenzaron el choque con un dominio aplastante. Y pudo traducirse esa sensación en el marcador cuando apenas se llevaban cuatro minutos. Gabriel Jesus, una de las caras nuevas, firmó una jugada casi maradoniana con la que pudo seguir su idilio con el gol como 'gunner'. Siete goles en cinco amistosos posiblemente le dieron ese extra de confianza para hacerle un caño a Doucouré y el uno-dos de Iniesta a Andersen antes de entrar en el área y no acertar con su remate, ya algo forzado, con la puntera. El rechace lo mandó fuera Martinelli, que no perdonaría en su siguiente ocasión.
A los 20 minutos, la pizarra de Mikel Arteta y los suyos hizo efecto. Saka sacó un córner que terminó en la cabeza de Zinchenko. Lo dejaron solo al ucraniano, que agradeció la pasividad defensiva con un gran desmarque y una asistencia de primeras de cabeza. En el área chica, esperaban hasta tres rematadores, pero solo el tercero, Martinelli, encontró el premio del gol. Cabeceó ante Guaita, que llegó a rozar ligeramente la bola, y se adjudicó el primer gol de la Premier League 2022-23.
Le costó digerir el tanto al Palace, pero lograron los de Vieira plantar cara antes del descanso. Adelantaron líneas los locales y comenzaron a aparecer Zaha y Eze. El primero se durmió cuando pudo probar suerte desde el pico del área y, poco después, fue derrotado por Ramsdale. Un cabezazo en plancha que se merecía el premio del empate fue abortado por el portero del Arsenal.
Ganar también es saber sufrir
Edouard dejó el último aviso del primer tiempo con un tiro desviado y dio paso a un segundo periodo en el que el Arsenal mostró otra versión, más sufridora pero igual de necesaria si se quiere aspitar a cotas altas. Y es que los 'gunners' supieron sufrir y también salieron vencedores cuando fueron dominados. El pasado curso, muy posiblemente, el arreón 'eagle' habría tenido serias consecuencias en el marcador.
Esta vez, no las tuvo porque Saliba estuvo imperial. El defensa, forjado en su cesión en Marsella, va a ser uno de los indiscutibles en la zaga. Así se lo ganó, especialmente, en un segundo tiempo en el que dio tranquilidad y soluciones ante las llegadas del Palace. Pero sobre todo, fue Ramsdale el salvador del encuentro, ya que volvió a librar a los suyos al sacarle un mano a mano a Eze.
Quiso reponerse el Arsenal y avisó por partida triple. Odegaard mandó desviada una falta que casi olió la escuadra y de nuevo el noruego pudo sentenciar, pero desaprovechó la generosidad de Gabriel Jesus tras un robo en ataque. El brasileño cazó el rebote y lo estrelló en un defensa muy cerca del primer palo.
Siguió apretando el equipo local, pero todo lo que encerraba al Arsenal apenas pasaba de movimientos de balonmano de una banda a otra. Pidió algún penalti con pocos motivos un equipo de Vieira que terminó de tirar la toalla a los 85 minutos, con el autogol de Marc Guehi. Estuvo Saka tentando al gol anteriormente, con un disparo alto casi en el lateral del área chica, y lo encontró con un centro-chut potente que desvió el central al fondo de su propia portería. El '7', el líder del proyecto de presente y futuro de los londinenses, pudo hacer el 0-3 un minuto después, pero la defensa mandó a córner justo a tiempo su tiro a bocajarro.