En el fútbol no siempre vale con hacer méritos para ganar. El gol es un tirano cruel, y si no te acompaña, estás condenado. El Leganés pagó un precio altísimo en dos jugadas nada más. Osasuna no hizo demasiado por inquietar a Cuéllar, pero se llevó el triunfo gracias al acierto de Enric Gallego.
Fue el partido de los golazos. Osasuna luchaba desde la comodidad del que se sabe casi salvado, y el Leganés, espoleado por las urgencias del que necesita sumar para salvarse.
Empezó Osasuna jugando con más intensidad que su rival. Cada balón dividido era para los rojillos. El Leganés estaba más tenso, y antes de que pudiera meterse en el partido, Enric Gallego firmó su primera obra de arte.
Fue casi la primera ocasión de peligro del partido. Centró Fran Mérida y el ariete de Osasuna remató de chilena el que sería el gol del 1-0. El tanto, lejos de hundir al Leganés, espoleó a los de Aguirre.
Los 'pepineros' despertaron, y firmaron una ocasión de peligro tras otra. Poco a poco fueron desconectando a Osasuna y haciéndose con el dominio del juego, marcando los tiempos y empujando a su rival hacia su área.
Tuvo Bryan Gil, tan participativo como poco acertado, una muy clara en las postrimerías del primer tiempo, cuando tras un controlpe recibió de Guerrero, y se plantó mano a mano ante Sergio Herrera. Pero el canterano del Sevilla no definió bien y el guardameta le ganó la partida.
El segundo tiempo comenzó con la introducción de un par de caras nuevas en el equipo visitante, cambios que el Leganés agradeció. Pasó a jugar con cuatro atrás, metió a Rosales y por delante del venezolano, Aguirre situó a Avilés. Fue un acierto.
Porque el joven Avilés salió con hambre al partido, y necesitó muy poco para empezar a inquietar al rival. Y en el 50', el golazo. Roque Mesa le buscó en la banda, pero este cabalgó hacia dentro. Cogió ángulo y chutó con violencia, marcando un golazo imparable para Sergio Herrera desde fuera del área.
A partir de ahí, el Leganés se volcó a por la victoria. Arrasate hizo cambios, pero su Osasuna estaba muy, muy cansado. Empezaba a perder por sistema todos y cada uno de los duelos. Le estaba salvando que su rival no tuviera acierto una vez pisaba área.
Llegó en la reserva Osasuna al tiempo de alargue, pero los rojillos supieron gestionar bien los seis largos minutos que se añadieron. Porque explotaron las urgencias de su rival, sacando faltas innecesarias con las que rompieron el ritmo del juego.
Había merecido el Leganés hasta ganar, pero en los últimos segundos llegó a agradecer el punto que iba a sumar, pues Cuéllar realizó dos paradas de mérito, de las que se denominan salvadoras.
Tras la segunda, un córner. El último que se botaría. Era el minuto 96, y en cuanto se botase, el partido se acabaría. Íñigo Pérez lo colgó al área y el Leganés volvió a claudicar.
Enric Gallego saltó más que sus marcadores, y ya cayendo, pese a estar emparedado entre dos defensas del Leganés, logró conectar con el balón de cabeza, poniéndolo fuera del alcance del Pichu Cuéllar. Otro buen gol para su doblete personal.
Doblete y tres puntos que valen casi por una permanencia. Osasuna aventaja en 15 puntos al Mallorca, con 18 en juego. Ha superado la barrera de los 40. Sería catastrófico que descendiera.
El Leganés, por su parte, vuelve a ver como su entrega y esfuerzo no se ven recompensados ni siquiera con un empate. Siguen los 'pepineros' en descenso, a siete puntos de un Eibar que aún no ha jugado esta jornada.