Neymar es una de esas personas que no trabajará ningún día de su vida. No porque el mundo del fútbol no implique ese esfuerzo, sino porque disfruta de su profesión y se divierte en cada partido. Y el brasileño, además, tiene la gran capacidad de poder transmitirlo en cada partido que juega. Lima fue el último escenario en descubrirlo.
Las portadas en la resaca de este Perú-Brasil tendrán titulares dispares dependiendo del lugar -o país- donde se compren. Las polémicas decisiones del árbitro, el irregular inicio de Brasil, la revancha por la pasada Copa América... pero la gran mayoría de ellas irán dedicadas a Neymar. Todas las anteriores opciones también serían válidas, pero el empuje, liderazgo y capacidad para ser decisivo de Neymar definen una serie de condiciones incontestables para que el delantero del PSG sea el pilar fundamental del triunfo de la 'Canarinha' a domicilio.
Tres puntos que no mereció en los primeros 15 minutos. El cuadro de Ricardo Gareca salió con las ideas muy claras y con el claro objetivo de anular a su rival. Lo consiguió hasta tal punto que a los seis minutos y estaba por delante en el marcador. Una indecisión defensiva dejó una opción de golpeo a Carrillo, que se armó de valor para, con la derecha, probar de volea hacia el marco de Weverton. No reaccionó a tiempo el portero y, con un potente disparo, el peruano puso el 1-0.
Entre el gol y la lesión de Marquinhos despertaron a Brasil, que poco a poco comenzó a encontrar a Neymar, siempre participativo. El '10' fue capaz de bajar a zonas intermedias para recoger la pelota y conectar con sus socios más creativos. Firmino avisó con un mano a mano fallido, pero fue en el minuto 26 cuando, con la caída de Neymar en el área, el árbitro señaló el primer penalti de la noche. Un agarrón -para algunos leve- que significó un respiro para Tite, que vio cómo Ney no perdonó desde la pena máxima para el 1-1.
Solo tres minutos después, Neymar firmó un segundo gol que fue anulado por un fuera de juego anterior de Richarlison que confirmó el VAR. Se quedó con la miel en los labios el delantero del PSG, que en la segunda parte sí pudo confirmar su venganza. Firmino y Tapia protagonizaron las ocasiones por ambos bandos antes del descanso, pero ninguno de ellos pudo mover el marcador.
La pausa sentó bien a Brasil, que salió a por todas en el segundo tiempo. Sin embargo, cuando mejor estaba, recibió el azote de Perú. Renato Tapia empaló una volea desde la frontal y, con algo de suerte al rebotar en un defensor, despistó a Weverton y colocó el 2-1 en el electrónico. Un jarro de agua fría para Brasil, que encontró de nuevo en Neymar al líder que necesitaba para creer una vez más en la remontada.
El '10' comenzó a pedir el balón en cada posesión de la 'Canarinha' y, fruto de sus insistencia, provocó un córner que él mismo botó que Roberto Firmino, muy inteligente, peinó al segundo palo, donde apareció Richarlison para empujar a gol el 2-2.
A partir de entonces, el equipo visitante comenzó a creer todavía más en sí mismo. Con Neymar en una posición más centrada y la entrada de jugadores de refresco como Everton o Telles, el campeón de América se lanzó a por su objetivo, la remontada.
Fue en ese momento, a diez minutos del pitido final, cuando se vivió el momento más polémico de la noche. Un centro lateral de Richarlison encontró a Neymar en el corazón del área. El delantero trató de armar su remate al mismo momento que un defensor quiso impedir el disparo franco de Ney. Una acción que el colegiado, sin dudar, castigó con una pena máxima. No se lo podía creer Perú, que protestó una y otra vez para pedir que la jugada fuese revisada en el VAR. Tras varios minutos de desconcierto, el juez del encuentro confirmó su decisión y ordenó el lanzamiento del penalti.
De nuevo, cómo no, Neymar tomó la responsabilidad y, con un golpeo en el que sobró sangre fría, colocó el 2-3 para Brasil. Un tanto que calentó todavía más el duelo, sobre todo por el lado local. Minutos después, Zambrano golpeó en la cara a Richarlison y vio la cartulina roja.
A partir de ahí, Perú bajó los brazos y Brasil vio la oportunidad perfecta para sentenciar. Everton se quedó en el mano a mano con Gallese, que logró evitar el cuarto, pero el rebote fue a parar a los dominios de Neymar, que entró en segunda línea para empujar el 2-4 para los suyos.
No fue el partido de Neymar en el que marcó sus mejores goles ni en el que dejó su galería de regates, pero sí fue el encuentro en el que se puso el brazalete de capitán en su cabeza para, en varios momentos de debilidad, liderar a los suyos. Eso sí, ni Ney ni la 'Canarinha' se librarán de la polémica de los próximos días por el arbitraje...