El Chelsea ha demostrado tres cosas en tierras austriacas. La primera, que sabe sufrir. La segunda, que tiene gol. La tercera, que sabe encajar los golpes como nadie.
En su primer test serio de la pretemporada, los 'blues' respondieron. Contuvieron los envites de su rival, y pronto encontraron una mina de oro en los balones largos.
Porque Pulisic fue un tormento a la espalda de la defensa austriaca. Pedro y Barkley encontraron en Salzburgo a un socio ideal para partidos como este. Así nacieron los tres goles que el Chelsea marcó en el primer tiempo.
El primero y el tercero fueron prácticamente calcados. Pases largos para Pulisic a la espalda de la defensa, primero de Pedro, luego de Barkley.
En uno el estadounidense se zafó de los defensas clavándose en la frontal del área; en el otro, superándoles por velocidad. Los dos acabaron igual, con Stankovic recogiendo el balón de sus redes.
Entre uno y otro, Pulisic pudo haber marcado el que hubiera sido el 0-2, pero Kirstensen le derribó en la frontal, aunque el colegiado dictamino que fue dentro del área. Barkley, quien hizo un partido superlativo también, no perdonó desde los once metros.
El Chelsea, sin brillar, sin hacer méritos en exceso, se había colocado en ocho minutos ganando 0-3 a un rival que no había hecho nada para merecer tal paliza.
Tras el segundo de Pulisic, el Chelsea levantó el pie. El Salzburgo tuvo su mejor ocasión del primer tiempo con un libre directo que, pese a estar bastante lejos, obligó a Kepa a estirarse y sacar del poste un balón que parecía gol.
Los 'blues' no hicieron cambios al descanso, pero el Red Bull Salzburg cambió literalmente su once. Marsch sentó a todos los titulares y armó un nuevo equipo con lo que tenía en el banquillo. Y es que no hay que olvidar que la temporada, liguera y copera, ya ha empezado para el campeón austriaco.
El segundo once del Salzburgo comenzó como el primero, agobiando con la presión elevada al Chelsea, pero a diferencia del otro, este sí tuvo acierto. En el 50' Onguéné cabeceó un saque de esquina para recortar distancias en el marcador.
Pero, como hemos dicho, el Chelsea sabe encajar los golpes. Y sufrir. El Salzburgo se vino arriba, apretó a los 'blues', merodeó el segundo y... apareció Barkley para dar una genial asistencia para Pedro, que el tinerfeño culminó con un golazo impresionante de tacón, cuando el balón ya le pasaba por la espalda.
El Salzburgo no arrojó la toalla, y empezó a buscar con aún más ganas el segundo gol. Lampard, por su parte, comenzó a introducir variantes. El cuadro austriaco también hizo un cambio, el último jugador de campo que le quedaba en el banquillo a Marsch.
Sentó a Okugawa, entrado en el segundo tiempo, y metió a Minamino. Y en 15 minutos, el futbolista japonés puso patas arriba el encuentro. Suyo fue el 2-4, convirtiendo un claro penalti de Zappacosta sobre un compañero, en el minuto 85, y suyo fue el 3-5, ya en el tiempo de alargue.
Y sí, no nos hemos equivocado. Porque de nuevo el Chelsea demostró que tiene gol y que sabe encajar los golpes. Fue Batshuayi, uno de los suplentes, quien, pese a su error en la definición inicial, supo alzarse entre el caos que él mismo provocó para marcar el quinto del Chelsea.
El octavo gol del encuentro lo marcó, como hemos dicho, Minamino, en el tiempo de alargue, cuando a golpe de fortuna se llevó un balón rebotado, y de rebote marcó: metió la puntera, pegó en Kepa, le dio a él y se metió en la portería del Chelsea.
El Red Bull Salzburg maquilló el resultado y el Chelsea se dio un festín. A ambos les queda un amistoso más todavía, ante el Real Madrid a los 'toros rojos', y ante el 'Gladbach a los londinenses.