La sanción a Ivan Perisic ha vuelto a abrir el debate. Su mano involuntaria, pese a ser revisada por el VAR, fue señalada como penalti. Un gol que dio ventaja 2-1 a Francia.
Kinhöfer, según ha señalado a 'Bild' y recoge este jueves 'AS', cree que la pena máxima es una sanción cruel y pone como ejemplo el balonmano y su golpe franco.
La solución que pone sobre la mesa es que esa mano se castigue como un libre directo. Esa falta sería lanzada desde la zona de la frontal más cercana a la infracción.
No significa que todo balón tocado con la mano sea falta: las claramente voluntarias son absolutamente punibles y, como tal, castigadas con pena máxima.
"Se quitaría presión al árbitro si el castigo no fuera tan alto", señala Kinhöfer en 'Bild'. Una idea revolucionaria después de que el VAR haya aumentado la posibilidad de la señalización de penalti en el área.