Fue un fuera de banda para el Hellas Verona, en el minuto 23. Faraoni lo puso en juego para Di Carmine y este batió a Gollini. Hubiera sido un gol normal y corriente, pero pocas veces se han visto tantas irregularidades en tan poco tiempo.
Para empezar, el balón se puso en juego donde no era. Faraoni sacó casi ocho metros por delante del punto por el que había salido el balón. Pero eso no es todo.
Porque Amir Rrahmani estaba dentro del campo con otro balón en las manos, en el sitio desde el que se debería haber puesto en juego el esférico de nuevo.
La defensa del Atalanta se quedó parada, porque no esperaban que el colegiado diese validad a ese saque. Pero así fue, y de ese modo tan extraño encajó el Atalanta el 0-1.
Un gol que comenzó con dos balones sobre el campo, en un saque de banda puesto en juego ocho metros más adelante de donde debía haberse sacado, y con otro jugador amenazando con sacar donde correspondía.
¿Y el VAR? Pues el VAR no pudo intervenir, porque esta situación tan rocambolesca no está contemplada en los supuestos de intervención del videoarbitraje. ¿Surrealista? Sí, sin duda.