Un lío de mil pares

Pocas palabras pueden condensar en poco espacio todo lo que sucedió en el choque entre Puebla y Tigres, sobre todo, en los últimos 20 minutos de partidos, doce de los cuales correspondieron al tiempo añadido.
Pero, antes de ir a lo complicado de los últimos instantes, hay que empezar por el principio. Y en ese comienzo fue Tigres el que se hizo con el control del juego desde los primeros momentos.
De hecho, el tanto que adelantó a los visitantes llegó a los dos minutos. Un mal despeje de Loroña, realmente sólo Dios sabe que fue eso, acabó entrando en su propia portería.
Intentó encontrar rápido la respuesta Puebla, pero no consiguió imponerse en el juego ni en las ocasiones. Los universitarios pudieron ampliar su ventaja, pero Aquino se encontró con la madera y Gignac mandó el rechace fuera.
Del mismo modo que Aquino, Vargas también se topó con el palo derecho de la meta de Puebla. Con los locales sin encontrar el hueco y con los visitantes con fallando todo se llegó al final de los primeros 45 minutos.
Tras el receso, ni uno ni otro equipo consiguieron calibrar su puntería. Tuvo mejores minutos Puebla, que trato de lanzarse arriba, sin éxito. Cambiaron las tornas y Tigres tuvo cerca el segundo.
Gignac, con todo de cara tras un pase de la muerte, se durmió y estampó el cuero en la madera. Como suele pasar con estas cosas, de tanto perdonar, acabó llegando el empate.
Tabó puso un balón raso desde la derecha y Alustiza definió con mucha clase a la media vuelta. El choque bajó de intensidad, ya que el miedo a perder era demasiado elevado.
Entonces, llegó el minuto 85. Gignac no encontró puerta con un chut cruzado. En la jugada siguiente, Dueñas entró muy fuerte sobre Tabó. Zavala fue a defender a su compañero y se llevó un golpe de Carioca, lo que desembocó en una trifulca.
Tras cinco minutos de revisión en el VAR, el colegiado estimó dirimir todo con una amarilla para cada uno. Sin embargo, algo más aconteció en la banda, donde los dos técnicos se dijeron de todo y a punto estuvieron de llegar a la manos.
Consecuencia: ambos tuvieron que ver el tiempo añadido desde el vestuario. Y casi se perdieron lo mejor. Un paradón de Vikonis a Salcedo, Alustinza mandó un taconazo a la madera y Vikonis volvió a meter una mano salvadora.
Total, un punto para cada uno. A Puebla le sirve para adelantar al América y subir a la séptima plaza, mientras que Tigres se queda en la segunda posición, aunque la podría perder este mismo fin de semana.