Europa está un pelín más difícil para el Athletic tras no conseguir firmar su tercera victoria consecutiva en la Liga. Después de la gran actuación del equipo en la visita del Barcelona, los de Marcelino no pudieron repetir frente al Valencia. Los 'ches', correosos, aunque inferiores en líneas generales, cosecharon un punto que ya no les sirve de nada porque los puestos de arriba en la tabla con inalcanzables.
Mamardashvili, en un día de dos caras, y un derribo de Correia a Yuri en la segunda mitad se erigieron en los protagonistas más destacados de la acción. El cancerbero llevó a cabo hasta tres acciones que pudieron saldarse perfectamente con goles de los bilbaínos. Su pecado, salir de sus dominios con dudas, sin asegurar la pelota.
En las tres ocasiones, Iñaki Williams fue su némesis, pero no consiguió sacar rédito de los errores del guardameta. En la más clara, de todas formas, se encontraba en fuera de juego cuando remató un balón casi a puerta vacía y lo mandó afuera. Lo curioso es que, cuando tuvo un uno contra uno totalmente legal, tampoco salió victorioso aunque su chut era fino.
Esto ocurrió en la segunda mitad, cuna también de otra oportunidad que el 'león' no pudo materializar justamente por un nuevo paradón de Mamardashvili. Esta segunda vez, en el tiempo añadido, el delantero conectó con la cabeza un gran centro y lo dirigió con potencia abajo a la meta, pero el guardameta sacó una mano providencial para despejar. Tan solo un minuto después, Villalibre remataría con la testa un balón que se estampó con el larguero.
La cascada de ocasione para el Athletic en los compases finales no sirvió para volcar los tres puntos a su casillero, sino para ahondar en el amargor de haber desperdiciado el partido que podría haberse contado como su tercera victoria seguida. De hecho, en el segundo acto, el Valencia apenas llegó a los dominios de Unai Simón.
El portero local sí que tuvo trabajo en la primera mitad, en la que tramos con muchas faltas e interrupciones se compaginaban con otros en los que la igualdad imperaba y los 'ches' mordían cuando podían. Conforme el cronómetro avanzó, los de Bordalás se desdibujaron y dejaron espacio a unos bilbaínos totalmente protagonistas.
Además, hubo un posible penalti que llevó a las gradas de 'La Catedral' a alzar sus quejas. En el minuto 75, después de un pase de tacón de fantasía por parte de Villalibre, quien, dicho sea de paso, cumplió con creces su papel de revulsivo, Correia derribó a Yuri en el área. La afición local estalló contra la decisión de no conceder pena máxima, pero ni Isidro Díaz de Mera ni sus compañeros en el VAR consideraron la acción punible.
Y, con las varias ocasiones antes relatadas en las postrimerías del duelo, tocó conformarse con las tablas sin goles. En el último minuto, Hugo Guillamón vio su segunda amarilla y encarriló, por agarrar a Muniain, antes de tiempo un túnel de vestuarios que los de Marcelino esperaban encarar con Europa más cerca y a los que accedieron aún pendientes de culminar su machada continental en las tres jornadas que quedan.