Se acaban los calificativos que puedan valorar la tremenda hazaña de Osasuna en Navarra. Podemos llamarlo rodillo, un tsunami de fútbol... Y es que este equipo está un punto por encima de todos en la categoría de plata, y que tiemblen en Primera.
Si ya es complicado vencer en esta loca Liga llamada Segunda División, mantenerse invicto durante un curso como local es una auténtica barbaridad. Se dice pronto. El Albacete probó esta aventura en el infierno rojillo y dio buena cuenta de lo intratable que es el cuadro de Pamplona.
Tardó en meterse en el encuentro, no obstante, el cuadro de Arrasate. El Albacete comenzó con las líneas muy juntas y sin permitir concesiones a un equipo que necesita lo mínimo para crear peligro ofensivo.
Pero la máquina empezó a carburar y, pronto, el dominio de Osasuna sería una realidad inevitable. Este sábado, con la titularidad de Juan Villar y Robert Ibáñez, las combinaciones navarras se sucedieron a partir de los 20 primeros minutos.
Tomeu Nadal se erigió en el único héroe manchego con una actuación estelar en El Sadar. El meta de Manacor hizo todo lo posible para mantener a su equipo en el partido, y la vida del Albacete duró hasta la innecesaria expulsión de Dani Torres.
El centrocampista colombiano vio la segunda amarilla por un bloqueo claro a Ibáñez. El Albacete, con uno menos. Ello le marcó el devenir del choque. De hecho, a los cuatro minutos, Unai García, con una chilena en semifallo, metió para dentro un balón que quedó muerto tras despeje de Tomeu Nadal.
Se abrió la veda y en El Sadar ya saben lo que eso significa. Menos de diez minutos después, penalti por mano de Zozulya por evitar el tanto de Roberto Torres que le cuesta la roja al ucraniano. El '10' rojillo no se quedaría sin anotar, pues no tuvo problema para anotar la pena máxima.
De nuevo, un vendaval llamado Osasuna. Tres puntos para mirar con tranquilidad a Primera División, un ascenso que ya es un hecho. El del Albacete deberá esperar, si se consigue sería más sufrido, pero igual de satisfactorio para el equipo de Luis Miguel Ramis, que este sábado no tuvo su día.