Un panda asoma entre la niebla y la locura

Si en la noche de este martes no apetecía ver una serie de Netflix, acertó el que eligió poner el Betis-Real Sociedad de la Copa. 120 minutos de esos que gustan y que te pegan al sofá. Mejor si hay estufa y palomitas.
Hubo mucha pólvora para comenzar, así que para qué esperar si había un billete a cuartos en juego. Se hizo de rogar porque el fútbol se abrió paso. Fekir avisó y la Real golpeó primero.
Gorosabel vio desmarcado a Oyarzabal y el delantero no perdonó con un disparo cruzado de primeras. Merodearon los fantamas por el Villamarín, pero el Betis los acabó espantando. Hasta Mateu Lahoz tuvo que llamarle la atención a Pellegrini.
El Betis lo intentó con mucho espesor en una primera mitad en la que le faltó profundidad e ideas claras. La Real aguantó el primer tiempo sin saber el vendaval que se avecinaba por la Palmera.
Sidnei se llevó una patada y Mateu le enseñó la amarilla a Mikel Merino, pero el VAR avisó al trencilla para decirle que había sido Illarramendi, por lo que el conjunto vasco se quedó con diez. Illarra tenía amarilla, así que la tecnología, que entraba ya en escena en octavos, dejó en superioridad numérica al Betis.
La niebla fue un jugador más y apenas dejó ver el balón en algunas ocasiones. Era como una película de terror cuando no sabes por dónde va a venir el susto. Lainez fue el ruido de una puerta chirriante con un disparo a bocajarro que sacó Remiro.
Pellegrini e Imanol sacudieron los banquillos y el choque acabó en una montaña rusa, en una casa de locos. Joel evitó el segundo de la Real y a Sanabria le traicionron las ganas de heroismo. Con una chilena golpeó a Zubimendi y también se fue a los vestuarios por una doble amarilla.
Y llegó Canales. No importa cuando lean esto. El que soporta las toneladas del Betis enganchó un disparo desde la frontal que se coló dentro con la ayuda de la niebla. No la vio Remiro y se instaló la locura.
Podía pasar cualquier cosa. A Merquelanz se le fue arriba y Joaquín falló lo infallable con un cabezazo que pudo dejar sentenciado el partido en el minuto 90. Era una noche de tensión y de diversión a partes iguales.
Entre la falta de visión abrió los ojos un panda. Al Betis le hacía falta esa bengala roja al aire para ver el camino hacia los cuartos y apareció Borja Iglesias. El ex del Espanyol aterrizó en el Heliópolis para días atascados como este.
Nada más comenzar la prórroga, Rodri le envió un regalo a Borja Iglesias, que controló orientado y colocó el 2-1 con una definición de sobresaliente. Raso y abajo fue la mejor opción.
Los cambios le dieron el pase al Betis. Joaquín se la puso de nuevo a un enchufado 'Panda' y con un remate de cabeza llevó al Betis a los cuartos de la Copa. La Real se quedó con la miel en los labios con un tanto anulado a Januzaj por un fuera de juego previo.
Desde principios de diciembre no hacía gol Borja Iglesias y en una noche tan complicada como mágica resurgió con un doblete para hacer caminar al Betis.