La goleada entreba dentro de las previsiones, pero al menos se esperaba que el choque estuviera vivo unos cuantos minutos. Pero nada de nada.
Y es que Estados Unidos aplastó a Cuba desde el primer minuto de un partido que nunca existió en su totalidad.
El choque duró simplemente 30 segundos. Ese fue el tiempo que Weston Mckennie tardó en poner el 1-0.
Su tanto abrió la lata y desató un vendaval norteamericano de 13 minutos que se saldó con otros tres goles: uno de Morris y otros dos del propio Mckennie, que sellaba su 'hat trick' en un abrir y cerrar de ojos.
4-0 en 13 minutos y a otra cosa. Y es que, quitando ese primer tramo de choque, el resto fue un entrenamiento con público para el equipo de Gregg Berhalter.
Antes del descanso, un gol en propia puerta de Ramos y otro tanto de Sargent ponian el 6-0 en el electrónico.
Ya en la segunda parte, Pulisic, gran estrella del equipo, pondría de penalti el definitivo 7-0 que deja a Estados Unidos con tres puntos en su estreno en esta Liga de las Naciones de la CONCACAF.