Ocupar el puesto de interior en el Barcelona son palabras mayores. La sombra de Iniesta y Xavi es muy alargada y, cada vez que surge un jugador de la cantera, las comparaciones son inevitables.
A Riqui Puig le ha tocado lidiar con este imposible desde su aparición, hace un par de veranos, en una de las pretemporadas por Norteamérica del Barcelona.
Aunque se le ofreció salir cedido, ha preferido seguir creciendo en el filial azulgrana durante todo este tiempo. Podría haberse estancado en el B, pero ha superado la prueba del algodón, especialmente después de un parón por el coronavirus que ha multiplicado el valor de su juventud.
Junto a Ansu Fati, parece completamente asentado en la primera plantilla. El gesto de Setién de no dejarle ir al 'play off' de ascenso, que parece un castigo, es un premio camuflado a su buen hacer: podría debutar en la Champions League.
Riqui Puig se estrenó como asistente en el Barcelona ante el Alavés en la última jornada. Y por partida doble. También tuvo un tiro al larguero desde la frontal. Un poco de Xavi y otro poco de Iniesta.
Al centrocampista le falta terminar de definirse, aunque parece que se asemeja más al segundo que al primero; al Barça, también. Debe decidir dónde juega la próxima temporada el joven de 20 años. No será en el filial y sí debería ser en el primer equipo, salvo que el 'overbooking' le lleve a una cesión en la que en estos momentos en 'can Barça' nadie cree.