Boca Juniors salió vivo de Colombia. Incluso el Boca malo. Vivo y con el pase prácticamente sellado a octavos, si bien el premio fue oscilando entre la nada de mediados del primer tiempo y el todo del final del mismo.
Pero este equipo está lejos de lo que su historia dice. Sobre todo la cara 'B'. Y es que el 'Xeneize' se disfrazó de grande para igualar el 2-0 con el que se encontró en contra, pero acabó sacando sus últimas ropas para regalar una segunda parte conformista.
Un fallo de Lisandro facilitó el primer tanto. Castro aprovechó la pérdida del defensa y firmó el 1-0, mientras que un cabezazo de Marco Pérez ante el que Andrada pudo hacer más ponía el segundo tanto. Deportes Tolima ni se había acercado a Andrada hasta entonces y en 21 minutos ya ganaba por dos tantos.
Y es que Boca comenzó dominando. Disfrutaron los Zárate y Benedetto de hasta tres ocasiones que desbarató un excelso Montero. El portero se hizo enorme para salvar a los suyos, aunque en la segunda parte apenas le hizo falta a sus compañeros.
El dominio visitante se vio vacilado por dos goles sin apenas merecimiento. Pero, como suele pasar, lo fortuito pocas veces resiste a la fórmula de 'talento+insistencia+pizca de suerte'.
Zárate encontró el camino del gol tras una pared de fantasía con Benedetto. El '19' fusiló a un 'pulpo' que, hasta entonces, había podido ahogar su grito con unos brazos vistos como tentáculos insuperables.
Con diez minutos por delante hasta llegar a descanso, Boca pisó el acelerador. El 'Xeneize' mostró su mejor cara y aprovechó la cuesta abajo para acelerar. Como no podía ser de otro modo, su valentía obtuvo premio. Nández caía en el área y Benedetto transformaba el penalti.
Antes del pitido final del primer tiempo, Montero volvió a salvar a los suyos, dejando los de Alfaro un regusto claro de victoria. Pero esa salsa no fue la misma que sirvieron tras el descanso. La cambiaron por otra fría, sosa y sin cuerpo. Sustituyeron el 'Oro' del 'AzulyOro' por el más mediocre plástico del mercado.
El Boca de plástico
La versión de Boca de la segunda parte fue totalmente diferente. Conformista a ratos, incapaz de más a otros y refugiado en Andrada y su área en la recta final. Y eso hizo crecerse a Tolima.
Los colombianos intercambiaron la careta con su rival. Desde el inicio, dos acercamientos hicieron trabajar al meta 'xeneize' y ya avisaron de lo que estaba por venir. Qué remedio, por otro lado. El punto les dejaba en la cuerda floja.
Boca no volvió a molestar a Montero. Este sólo intervino para meter balones en los últimos minutos en un área con un intenso hedor a poca valentía. Se acabó salvando el cuadro de Alfaro por Andrada, en una intervención felina, y por la mala definición de los locales.
Al final, el 2-2 pone a Boca prácticamente con los dos pies en octavos. Para que esto no ocurra, los argentinos deberán perder ante Paranaense y que el vencedor del Wilstermann-Tolima neutralice la diferencia de goles. En caso de los colombianos, cuentan con un -7 con respecto a Boca, aumentando esa distancia hasta los -11 que mantiene Wilstermann con los de La Bombonera.
Para la última jornada, Alfaro deberá ponerse manos a la obra para afrontar tres tareas pendientes, aunque en una tiene poca potestad.
La primera, la victoria. Solo el '1' les sirve para asaltar el liderato y no complicarse la ruta de las eliminatorias como ya hiciese el año pasado. La segunda le debe llevar a afinar la puntería. La primera mitad, en condiciones normales, debería haber terminado con una goleada a su favor. Sin restar méritos a Montero, Zárate, Benedetto y cía deben mejorar su definición. Y la tercera, pero no menos importante, es la suerte. Tolima se puso con dos goles de ventaja sin apenas hacer méritos y en una llegada y media aislada, mientras que las numerosas intentonas de la primera parte encontraban la mejor versión del portero local o cualquier resultado que no fuese el gol. Pero eso ya es trabajo de las musas...