Un punto insulso en San Sebastián, pero muy sabroso en Cádiz

La Real Sociedad y el Cádiz se dieron cita en el Real Arena con el objetivo de sumar tres puntos importantes para seguir acercándose a sus respectivas metas. Los donostiarras perdían diferencia respecto al quinto, el Betis, mientras que los gaditanos comenzaron a asomar la cabeza.
El duelo finalizó con un empate a cero, que dejó frío a la afición rival antes de medirse a la Roma en Europa League, y que muestra la falta de solvencia a la hora de sacar los partidos en casa.
El Cádiz, por su parte, continuó cargando la mochila de puntos para sobrepasar los 40 puntos. Todo ello, ante uno de los clubes más potentes de la categoría y con una defensa estoica e impenetrable.
Los dos equipos, que llegaban con urgencias por ganar, firmaron unos primeros compases del partido muy sosos. Hasta el minuto 19' tuvieron que esperar los donostiarras para que Take Kubo sacara su amplio repertorio de esencias. El nipón tuvo la primera ocasión del duelo, tras un gran contragolpe colectivo, pero su disparo se marchó muy desviado.
El Cádiz, a diferencia de otras visitas, apostó por un plato rebelde y de adaptarse a un crítica exigente como es el Reale Arena. Theo Bongonda no consiguió enganchar de volea un buen envío a la espalda de la zaga realista en el minuto 25.
A partir de ahí, los platos que se sirvieron para los comensales fueron pesados, difíciles de masticar y con poca capacidad de sorpresa. Justo antes del descanso, Carlos Fernández sorprendió a propio y a extraños con una gran maniobra entre los fogones gaditanos, pero su disparo con su pierna menos hábil se marcho rozando el palo de Ledesma.
Imanol Alguacil aprovechó el tiempo de descanso para alentar a sus pupilos para que convencieran a los comensales del Reale Arena desde bien pronto. Sin embargo, no tuvo acierto ni fortuna.
En el 47', Brais Méndez no pudo imponer su especialidad procedente de Mos, ya que se volvió a topar con la retaguardia amarilla. Los segundos 45 minutos no iban a ser un monólogo vasco. La gastronomía de la 'Tacita de Plata' sacó su mejor repertorio y estuvo muy cerca de salir vencedor.
Corría el minuto 68, cuando Roger Martí se plantó solo ante Remiro, lo regateó, pero su disparo se tapó con la madera. por si fuera poco, el rechace fue atajado sin problemas por el meta donostiarra tras un disparo blando de Álex Fernández.
Al instante, el ex delantero del Levante la volvió a tener, pero su disparo desde la frontal se marchó fuera. No cogió la rosca que buscaba.
En el fútbol como en la cocina pueden haber sustos y Fali fue un claro ejemplo. El central valenciano estuvo bastantes minutos tendido en el césped tras un duro encontronazo con Le Normand. La complicada situación se resolvió con la entrada de la Cruz Roja, la entrada al terreno de juego de Meré y los once minutos de añadido de Mateu Lahoz.
La realidad es que el tiempo de descuento avanzaba sin mucha novedad hasta los últimos tres minutos, en los que la Real estuvieron muy cerca de dar con la receta que le diera el triunfo.
En el 99', la tuvo Mikel Merino tras una gran jugada por banda de Ali Cho. El atacante galo aportó una frescura diferente con su esencia. En el 100', Sorloth, que ingresó en la segunda parte, falló un disparo a bocajarro que se fue alto tras recibir un pase magnífico de Silva.
En el 102', Ledesma consiguió parar un potente disparo de Take Kubo dentro del área y Mateu Lahoz señaló, 'ipso facto', el final del duelo.
En definitiva, un punto que sigue dejando un sabor insulso en San Sebastián y es algo que comienza a ser costumbre. Europa es una oportunidad perfecta para recuperar la sensación placentera en las papilas gustativas de la parroquia 'txuri-urdin'. Todo lo contrario en Cádiz, que aunque no se hayan podido llevar a su tierra el mejor plato, sí han dado con uno muy sabroso que le aleja un poco más de los agrios puestos de descenso.