26 de julio de 2009. El Olimpija Ljubljana se enfrenta al ND Gorica en la segunda jornada de la Liga Eslovena. Un joven guardameta de tan solo 16 años, alto y corpulento pese a su corta edad, debuta en la máxima categoría. Su equipo se lleva la victoria 1-2.
Un debut por todo lo alto que el ahora guardameta del Atlético de Madrid jamás olvidará. Diez años después, con 26 sobre sus hombros, Jan Oblak recuerda aquel debut desde lo más alto del fútbol profesional, siendo un fijo bajo los tres palos del conjunto rojiblanco en Primera División.
De su tierra natal pasó al Benfica y, tras su aventura portuguesa, aterrizó en la capital española como suplente de Moyá a cambio de 16 millones de euros. Una lesión del mallorquín le abrió las puertas de la titularidad tras salir en los octavos de la Champions y parar un penalti en la tanda contra el Bayer Leverkusen.
Una década después, Oblak es una referencia bajo palos, uno de los mejores porteros del planeta. Diez años del internacional esloveno en los que ha conseguido sumar hasta cuatro Zamoras consecutivos, además de convertirse en el guardameta más valioso del mundo.