"Trabajo mucho pero me da igual, porque es una oportunidad que creo que tengo que aprovechar al máximo", cuenta a 'EFE' cuatro meses después de instalarse en la pequeña localidad de Suzuka, al sur del país, para tomar las riendas del equipo local y vivir lo que considera "un sueño".
Nunca había entrenado a un club masculino hasta que se hizo cargo del Suzuka Unlimited, un conjunto que compite en la cuarta categoría del fútbol nipón, por detrás de las tres divisiones de la liga profesional.
Martínez llegó a Japón el pasado diciembre "llena de incertidumbre" pero "con mucha ilusión", y convencida de haber tenido una "oportunidad increíble que muy poquita gente tiene, y que mucha gente quisiera para ellos".
"Pero desde que llegué, tanto el club, como los jugadores, como los compañeros de trabajo me están respetando muchísimo, y yo la verdad es que estoy muy orgullosa y satisfecha", comenta ahora, tras haberse asentado en la dirección del conjunto, donde cree que ha "encajado muy bien".
Para conseguir conectar con sus jugadores tuvo que enfrentarse a la barrera del idioma, un impedimento que desde un principio dificultó la comunicación con el equipo durante los entrenamientos.
"Llegaba y les explicaba a los chicos con las fichitas y dibujando que era lo que yo quería sacar del entrenamiento, y lo íbamos sacando pero llevaba mucho tiempo", explica la entrenadora, que ahora cuenta con un intérprete que ha ayudado a "salvar cada vez más" esta barrera.
A cargo del Suzuka también se encontró con significativas diferencias entre el fútbol español y el japonés, con jugadores "técnicamente muy parecidos" a los españoles y europeos pero poco acostumbrados a "la toma de decisiones" y las tácticas de equipo.
"Al final son detalles que acaban costando partidos", señala Martínez, que se ha decantado por potenciar el ataque en una estrategia que está generando resultados "no en puntos pero sí en juego".
La técnica no es la única feliz con la evolución del Suzuka, sus jugadores están "cada vez más contentos" porque disfrutan del juego y el club le ha trasladado su satisfacción con el trabajo realizado.
"Cuando te dicen eso, todo el esfuerzo y el tiempo aquí sola merecen la pena", declara Martínez, sobre quien recae todo el poder de decisión del juego del conjunto, desde los entrenamientos hasta la alineación y estrategia durante los partidos.
Martínez se ha ganado el afecto del Suzuka y se ha convertido en toda una celebridad en esta pequeña localidad nipona, donde es conocida por los fans del club y los habitantes del pueblo, que la paran por la calle para hablar o hacerse una foto.
Este fenómeno todavía le sorprende y se repite en su localidad natal, Fuentelespino de Haro, un pueblo de la provincia de Cuenca de apenas 200 habitantes donde su familia regenta una panadería empapelada con los artículos que han publicado sobre ella los medios de comunicación.
"Están contentos con mi trabajo, así me lo dicen, y yo también estoy muy contenta de haber venido ", afirma la técnica, a quien le gustaría "seguir en esta línea" en esta u otras ligas del mundo.
Martínez afronta con optimismo el reto de ascender en la clasificación tras una larga temporada que terminará en diciembre, sintiéndose "orgullosa y satisfecha" de haber escogido un camino "que no es muy normal que tenga una mujer en el mundo del fútbol".