Todo comenzó en 1991. El conflicto armado que asola a Somalia desde hace 28 años no deja sino un reguero de crueldad, miseria y muerte en un país que no ha podido cerrar una vieja herida.
Ya son más de 500.000 personas fallecidas y más de un millón de personas desplazadas de sus casas en un conflicto bélico que no tiene visos de acabar.
Así, el fútbol se convierte en un reducto de esperanza para un país que lleva en una Guerra Civil desde el 2009. Y el viernes, ante Zimbabue, al fin pudo sonreír dentro de un terreno de juego.
Se convirtió Anwar Sidali Shakunda en el héroe de un país necesitado de alegrías. Un testarazo suyo en el minuto 87 sirvió para que Somalia consiguiera su primera victoria en una fase de clasificación para un Mundial.