Es difícil que el VAR pueda actuar peor de lo que lo hizo en el Uruguay-Paraguay. Anuló mal un gol a la 'Celeste', y luego perdonó una roja directa clarísima a uno de sus jugadores.
La primera acción fue la del gol mal anulado a Jonathan Rodríguez. Luis Suárez remató, el balón pegó en un rival, Rodrigo Bentancur lo alcanzó casi en línea de fondo y Jonathan Rodríguez lo alojó al fondo de las redes.
El asistente levantó el banderín, y en directo parecía claro el fuera de jugo del jugador de la Juve. Parecía, porque en la repetición se ve que está habilitado, y quien está adelantado, Viña, no participa en la jugada, ni cerca está de hacerlo.
El tanto, a pesar de pasar por el filtro del VAR, fue anulado de forma inexplicable, pero las iras de Uruguay se apaciguaron en cierta medida con el siguiente error garrafal del videoarbitraje.
Ocurrió cuando Matías Vecino vio la amarilla en el 26' por juego peligroso. El jugador uruguayo levantó mucho la pierna, y golpeó la cabeza de Lucena tras tocar antes el balón. Le abrió una brecha que le obligó a jugar con un vendaje.
El árbitro, el colombiano Wilmar Roldán, pitó falta y mostró la amarilla al futbolista uruguayo, pero el VAR revisó la acción. Sin embargo, no se castigó más allá al jugador local. El colegiado consideró que no hubo mala intención pese a la temeridad.