Valdés llegó a temer por su vida en el Manchester United

El portero del Standard de Lieja ha sorprendido a propios y extraños con su curiosa confesión sobre los malos tiempos que vivió en su etapa como jugador de los 'red devils'.
Y es que el ex del Barça ¡tenía miedo de morir entrenando solo! Van Gaal le apartó del primer equipo y Valdés estuvo ejercitándose con Alan Fettis, técnico de porteros del fútbol base del club.
Así se lo hizo saber a su única compañía. "¿Y si me diera contra el poste y perdiera el conocimiento? ¿Y si me trago la lengua?", le preguntó a Fettis, que le tranquilizó diciéndole que llevaba el móvil en el bolsillo y que vendría a ayudarle.
Valdés, entonces, le confesó al entrenador de porteros que se sentía muy solo. El meta se mostró agradecido con él y con el utillero Mike, otro empleado del club que le apoyó en sus momentos más bajos.
Sobre el detonante que hizo que su relación con Van Gaal fuese en barrena, 'El País' señala que todo ocurrió a la vuelta de las vacaciones del guardameta en verano de 2015.
Valdés se incorporó al trabajo pero bajó el ritmo unos días antes de que empezase la gira por Estados Unidos por unas molestías en el gemelo. Cuando la plantilla iba a marcharse, el entrenador le dijo que mejor se quedase a entrenar en Manchester para cuidarse esas molestias.
Víctor aceptó pero advirtió a Van Gaal que su decisión podría tener consecuencias para él: "Pensarán que estoy mal de la rodilla, me puede perjudicar mucho lo que diga (usted)".
Esto no le sentó nada bien al técnico, que le contestó que diría lo que creyese conveniente. Después, en California, al ser preguntado por la llamativa ausencia del portero, el holandés se limitó a explicar que no había aceptado la filosofía del club.
Tras el regreso de los 'red devils' a Inglaterra, Valdés volvió a entrenar, pero Van Gaal le dijo que se buscase equipo. El guardameta no encontró una salida y un buen día se encontró sin taquilla en el primer vestuario.
"Nos han dado órdenes de que lo lleváramos todo al vestuario del filial", le explicó Mike, el utillero, sin atreverse a mirarle a la cara. El resto de la historia ya es conocida por todos.
Valdés, que siempre ha sido un personaje peculiar, declaró no sentir ningún rencor hacia su ex entrenador y se mostró agradecido. También se mostró muy contento por su nueva etapa con el Standard de Lieja, su última oportunidad deportiva.
Además, el portero declaró que en absoluto es un problema para él que su nuevo entrenador, Yannick Ferrera, tenga sólo 35 años, por los 34 del propio Valdés.
El meta no quiere precipitarse sobre si seguirá en el equipo belga más allá del verano. "¿Seguir en el Standard después de verano? Hay que ir paso a paso. Nuestro objetivo es ganar la Copa y clasificarnos para los playoffs", aseguró.