Más polémica y miedo que fútbol

Real Valladolid y Espanyol firmaron tablas sin goles este sábado en un partido sin juego y muy poco vistoso en el que los locales se entregaron más, pero chocaron con un rival cerrado y poco ambicioso.

El técnico blanquivioleta, Paulo Pezzolano, volvió a sorprender con su alineación al sacar como titular a Javi Sánchez, en lugar de Boyomo, en el centro de la defensa, a Iván Sánchez, en vez de Raúl Moro, y a Arnu, recién convocado con la Selección Sub 17.

Manolo González, ante la baja por sanción de El Hilali, apostó por Óscar Gil en la banda derecha y añadió a Aguado, ex blanquivioleta, Braithwaite y Gastón como cambios respecto a la anterior jornada.

Pronto, el cuadro catalán, que salió con ganas al terreno de juego, se veía obligado a afrontar un primer obstáculo en forma de lesión, ya que en el minuto 18, Antoniu Roca tuvo que sustituir a Jofre.

Fue un inicio demasiado trabado, con muchos parones por faltas sucesivas en un área y en otra, lo que impedía la continuidad en el juego y que pudiera encontrarse profundidad o verticalidad.

La tensión era más que evidente en las dos escuadras. Había mucho en juego para ambas. Cualquier error podía pagarse caro, de ahí que se prestara especial atención al aspecto defensivo.

También el Real Valladolid perdía a uno de sus titulares, Anuar, por lesión, al que sustituyó Lucas Rosa. Una permuta que la afición no entendió y, de nuevo, volvió a pedir la dimisión de Pezzolano.

Juego, lo que se dice juego, ni siquiera se atisbaba en el José Zorrilla. Seguían acumulándose infracciones, fallos en los pases y el miedo se convertía en el principal y único protagonista del partido.

En el tiempo de prolongación de la primera mitad, los locales hicieron más que en los 45 minutos anteriores. Monchu puso a prueba a Joan García, si bien su remate de cabeza no inquietó demasiado, mientras que un disparo de Lucas Rosa se fue a la izquierda de la meta visitante.

0-0 y mucho por hacer en la segunda parte, tanto en el Real Valladolid como en el Espanyol. Y los primeros en proponer fueron los blanquivioletas, con varias jugadas que llevaron peligro y que hicieron emplearse a fondo a la zaga "perica".

En una de esas llegadas, Monchu fue derribado con claridad por Joan García y, previamente, desestabilizado por Roca, pero el colegiado no pitó el penalti que reclamaba todo el estadio, y sí otra amarilla a Nico Melamed, que dejó a su equipo con uno menos en el minuto 65.

Con la entrada de Raúl Moro, llegó la ocasión más clara del encuentro, pero Negredo no supo finalizar y, solo delante del portero, mandó la pelota a la grada. Comenzó luego una fase de dominio de los locales, en busca del ansiado gol.

Pero no llegó y Pere Milla, en el tiempo añadido, estuvo a punto de inaugurar el marcador, si bien Masip desvió el balón a córner. Los vallisoletanos echaron el resto en los compases finales, pero no tuvieron recompensa.