Hasta Fuenlabrada, Vallejo no había tenido la opción de debutar oficialmente con el Madrid. Mucho han pasado, más de dos años, desde que el conjunto blanco se hiciera con esta joven perla del fútbol español. Desde entonces, el madridismo le ha esperado como otras cinco veces aguardó el debut de otros tantos jugadores.
Por ejemplo, una espera muy recordada fue la de Ronaldo Nazario. El brasileño llegó al Madrid lejos de su mejor forma física, por lo que su estreno tuvo que posponerse. Un mes después de su llegada, Ronaldo debutó con un doblete inolvidable ante el Alavés.
Varios años antes, Fernando Redondo sufría una rotura en un ligamento y eso le obligó a jugar su primer partido con el Madrid tres meses más tarde. Cuatro, en este caso, esperó Nuri Sahin para hacerlo por culpa de sus continuas lesiones y recaídas.
Hasta seis meses estuvo el Madrid sin un joven brasileño que aterrizó en el Bernabeú en el verano de 1997. Su nombre era Savio Bortolini, cuyos tobillos le apartaron de la disciplina blanca aunque, finalmente, destacó durante varios años.
Quizá el más flagrante fue el caso de Jonathan Woodgate, aquel central inglés que llegó para mandar en la zaga blanca y que, tras 13 meses para debutar, terminó marchándose con mucha más pena que gloria de la disciplina del Madrid.