La victoria del Real Madrid por 1-3 en el Camp Nou frente al FC Barcelona ha dejado señalados, para bien y para mal, a muchos jugadores. Los componentes del cuadro 'merengue' se han llevado los elogios y, de manera lógica, las críticas han ido en su mayoría a los futbolistas del conjunto azulgrana.
En los polos opuestos de estas valoraciones, como la que hace el prestigioso medio 'L'Équipe', se encuentran Federico Valverde y Sergio Busquets, que fueron la cara y la cruz de un 'Clásico' que puede suponer para ambos todo un punto de inflexión de cara al futuro.
El centrocampista internacional por Uruguay fue todo un pulmón para el cuadro dirigido por Zinedine Zidane y brilló con luz propia en la sala de máquinas blanca con su infatigable labor y su inteligencia táctica.
A ello, por si fuera poco de por sí, el 'Pajarito' añadió una aparición fulgurante en ataque que se materializó en el primer tanto 'merengue', el que abría la lata en el feudo del eterno rival. Toda una demostración de poderío de un futbolista con un gran recorrido por delante en el mundo del fútbol.
Por su lado, Sergio Busquets representó la cruz del choque. El centrocampista 'culé' y de la Selección Española demostró sobre el césped del coliseo azulgrana que en estos momentos está muy lejos del nivel que le llevó a ser considerado como uno de los mejores del mundo en su posición.
El de Badía estuvo perdido y se vio superado en todas las facetas del juego. Mal posicionado, errático y lento, 'Busi' tuvo un encuentro negro el día menos propicio y dejó claro que quizá ya no esté para estos partidos de máxima exigencia, aunque esto lo deberá valorar un Ronald Koeman que, cuando Miralem Pjanic esté al 100%, tendrá que tomar una decisión más que complicada con uno de los mitos de la era más dorada del club.