El árbitro Guillermo Guerrero tuvo una noche de fútbol más que ajetreada en el duelo entre Bahía y Defensa y Justicia por la CONMEBOL Sudamericana. Sobre todo en la primera mitad, cuando tuvo que acudir en varias ocasiones al monitor del videoarbitraje.
Ya al minuto 4 tuvo que intervenir el VAR para revisar una posible salida de la pelota en la jugada del gol de Braian Romero. Tras tres minutos de análisis, se validó el tanto y se reanudó el juego.
Diez minutos después, Gilberto había anotado el empate, pero el videoarbitraje señaló un fuera de juego para anular el tanto... cinco minutos después de que viese por primera vez la acción.
En el 20', desde arriba llamaron a Guerrero para que fuese a ver un posible penalti sobre Bou. El colegiado señaló la pena máxima que convirtió Brian Romero casi cinco minutos después.
En el 33', el juez del encuentro señaló de nuevo el punto de penalti por una supuesta mano de Defensa, pero después de ser chequeada en el VAR se anuló la infracción.
Poco después, en el 40', señaló una nueva pena máxima, esta vez por mano de Frías. En esta ocasión no entró el VAR, sí a los 44', cuando después de señalar un penalti a favor de Bahía acudió a la pantalla para ver de nuevo la jugada. Se ratificó en su primera decisión, pero Gilberto falló el lanzamiento. Por las interrupciones, se vio obligado a añadir hasta 14 minutos en una primera mitad que terminó en el 59'. Casi nada...