El Chelsea ha goleado, y ha hecho méritos para golear. Ha sabido jugar mejor el partido y ha demostrado al Qarabag que la experiencia es un grado.
Salió muy valiente el cuadro local, como juega siempre este equipo, dispuesto a demostrarle a los ingleses que lo que ocurrió en la jornada inaugural fue un accidente, que no se iba a repetir hoy.
Pero, ay, quién se lo iba a decir, volvió a suceder. Por tercer partido consecutivo, los caucásicos se han encontrado en inferioridad numérica por una expulsión. Pero esta vez, directa y a los veinte minutos de juego. Un duro 'palo' del que no se repuso el Qarabag.
Durante los primeros minutos, el partido fue como estaba previsto. Con el Chelsea acaparando la pelota, con el Qarabag jugando de forma descarada y buscando las cosquillas a su rival.
A los 13 minutos de partido tuvo el Qarabag la oportunidad más clara del partido. Un robo de Míchel en campo ajeno, un par de buenos pases y uno, el último, entre líneas para la internada del propio futbolista español en el área de Courtois.
Ante la salida del arquero belga, probó a picársela, pero le dio demasiado fuerte y pegó en el larguero. Susto para el Chelsea, pero no volvería a ocurrir en todo el encuentro.
Porque el partido se le puso totalmente de cara ocho minutos más tarde. Internada de Willian en el área azerí, agarrón de Sadygov y penalti. Todo sea dicho, el agarrón comenzó fuera y terminó dentro, cuando Willian tuvo a bien dejarse caer.
Un agarrón innecesario, porque Sehic ya estaba encima del rival para evitar su disparo, pero el daño estaba hecho. El penalti se protestó, pero más aún la roja directa que vio su capitán.
La indignación era notable, y los jugadores amenazaron con retirarse del partido. Se fueron al banquillo y tras una breve charla con su entrenador, volvieron para ver como Hazard marcaba el primero.
Si contra once el Chelsea estaba cómodo, contra diez el partido se convirtió en un paseo. Era cuestión de tiempo que esto acabase en goleada. Porque tras el shock inicial, el Qarabag reaccionó con furia, pero le duró el enfado lo que el fondo a sus jugadores.
Una vez se agotaron, fue todo rodado para los 'blues', hoy de blanco. Willian, en el 37', marcó el segundo, el de la tranquilidad, precedido de un genial taconazo de Hazard.
Tras el descanso, el Qarabag movió ficha, pero fue un parche temporal. El Chelsea siguió madurando el partido y encajonando poco a poco a su rival.
Cuando, pasada la hora de partido, quedó claro que el Qarabag se conformaba con no ser goleado, el Chelsea metió una marcha más. Y de nuevo, un agarrón desde fuera hacia dentro del área a Willian fue sancionado con penalti en contra.
Esta vez, sin Hazard en el campo, le tocó a Cesc, el hombre que susurraba a los balones, ser el lanzador. Y lo marcó, por duplicado. Porque por su 'paradinha' en el primer intento hubo que repetir el lanzamiento. Se metieron jugadores de ambos equipos y el árbitro luso se lavó las manos: mejor repetir que anularlo.
A la segunda no falló de nuevo, y aunque Sehic le adivinó las intenciones, no llegó a parar el disparo. La guinda la puso Willian, 'MVP' del partido, con un golazo de libro, una genial conducción desde la medular y un latigazo imparable desde la frontal.
Al final, cuatro goles para hacer un global de 10-0, que contrasta con el global de 1-1 del Atleti, o con el 1-2 que logró la Roma en Bakú. Porque el Qarabag no juega tan mal para recibir 10 goles, pero está claro que ante el Chelsea primero pagó la novatada y hoy, le salió todo mal.