En el verano de 2018, nada más acabar el Mundial de Rusia, el Mónaco puso sobre la mesa del CSKA de Moscú los 30 millones que pedía por Golovin. Y se lo llevó, dejando con un palmo de narices a todos los grandes de Europa.
¿Y por qué media Europa seguía a este joven ruso, de apenas 21 años? Por cosas como estas.