La llegada de Solari al primer equipo dio alas a Vinicius, a quien conocía en el Castilla mientras Lopetegui ocupaba el banquillo banco. El técnico argentino le dio galones al brasileño en su debut en el Álvarez Claro y el joven delantero correspondió con galopadas, regates y dos asistencias.
Puro vértigo que se fue diluyendo merced a los siguientes encuentros, en los que el atacante apenas sumó 61 minutos repartidos ante Valladolid (17), Viktoria Plzen (28) y Eibar (16). A pesar de resultar decisivo frente al pucela, el brasileño perdió brillo tanto en Champions como en Ipurua.
Un mes después de su eclosión en Melilla, se pinchó el globo de Vinicius, perdiendo su peso en el equipo. No jugó contra la Roma, pese a la poca trascendencia del choque, ni dispuso de minutos frente al Valencia, que peleó por el resultado hasta los últimos compases.
Sin embargo, la Copa del Rey se presenta como una nueva oportunidad para Vinicius de exponer sus credenciales para ganar protagonismo en Liga. El ex de Flamengo recibe al Melilla ávido de reivindicación, alimentando la expectación por un encuentro de vuelta tras el 0-4 en el Álvarez Claro.
Asimismo, otros jóvenes como Javi Sánchez y Fede Valverde también confían en tener minutos para ganarse a Solari. El defensa se ha erigido como cuarto central del primer equipo, ganándole el puesto en la rotación a Jesús Vallejo siempre lesionado. El centrocampista, que ha demostrado una inusitada madurez, espera seguir la estela de la explosión de Marcos Llorente.
A pesar del colchón cosechado en la ida, Solari espera un paso adelante de los menos habituales, en aras de confirmar una 'unidad B' de garantías, que tanto rendimiento le dio a Zinedine Zidane para conquistar, a la postre, tres Champions Leagues consecutivas.