El preparador 'skyblue' protagonizó uno de los días más ajetreados de su vida futbolística. No dejó de quejarse a los árbitros por las decisiones tomadas, sobre todo, por una mano que pudo ser penalti y que se dio hasta en dos ocasiones. Acabó fuera de sí.
Gritos, brazos al aire, llamadas... Nada le servía para conseguir lo que quería: que los colegiados le hicieran caso. Incluso, al final del duelo, fue a darles la mano dándoles las gracias, con ironía, por su saber hacer durante un partido que fue clave para la Premier League.
De ahí que Wenger, que está trabajando como comentarista para 'beIN Sports', saltara a la palestra con una crítica: "A veces es difícil controlarse, pero Guardiola tiene un montón de experiencia, así que debería manejarlo mejor". Fue claro y conciso en su análisis.
La leyenda del Arsenal ha estado durante muchísimos años en los banquillos y sabe de lo que se vive en el mismo, así que le habla desde el conocimiento. La Federación Inglesa, tras los sucesos acaecidos sobre Guardiola, decidió no sancionarle.