A estas alturas, dudar de Timo Werner es una osadía. Con solo 23 años el ariete alemán es ya un goleador consumado y contrastado, y el Schalke 04 volvió a sufrirle en sus carnes.
Ha marcado cinco goles en 13 partidos a los de Gelsenkirchen, el último este sábado, en la goleada de los de la bebida energética a los 'mineros'.
Recibió Werner y se internó en el área rival. Dominaba el RB Leipzig al Schalke 04, pero no había sido capaz de batir a Nübel más que en una ocasión, en la primera del partido.
Entonces apareció Werner. Era el minuto 61 y el ariete alemán, tras coger ángulo y preparar el disparo, soltó un zapatazo imparable para Nübel. Fue el gol que lo cambió todo. Fue el gol que hundió al Schalke 04 y que allanó el camino para el 0-5 final.