El Sevilla aprobó con nota su cita con su querida Europa League. Después de una desastrosa fase de clasificación de la Champions, el cuadro hispalense se puso el traje de gala para ver de nuevo a su competición fetiche, en la que sigue siendo el rey absoluto.
El Ramón Sánchez-Pizjuán también acompañó con una presentación inmejorable a su equipo, que respondió con creces en uno de los partidos en los que la parroquia de Nervión más ha disfrutado. Los andaluces han conseguido reaccionar tras un mal inicio de temporada.
En-Nesyri ha vuelto a recuperar su mejor versión y Ocampos, que en apenas diez minutos dio una asistencia y marcó un gol, ha regresado con más hambre que nunca después de su efímera cesión en el Ajax. La película está claro que ha cambiado y las sonrisas ya están más presentes entre el público.
Pero para llegar hasta tal punto, el Sevilla sufrió ante el buen arranque del PSV. Los de Ruud van Nistelrooy salieron mejor, con mayor presencia en campo rival y mejores sensaciones. De hecho, Saibari tuvo una gran ocasión a los diez minutos pero Bono evitó el tanto con una gran estirada.
A los de Sampaoli se les empezaron a complicar las cosas porque Badé sufrió un problema muscular y porque Gudelj casi firmó un autogol en un desastroso pase hacia atrás para su portero. Pero al final, la luz se hizo sobre la capital andaluza a partir de la media hora en adelante.
En un buen arreón local, En-Nesyri, justo al borde del descanso, aprovechó un buen servicio de Jesús Navas desde el costado derecho y mandó la pelota al fondo de la red. El marroquí volvió a marcar y recordó al En-Nesyri de la campaña 2020-21.
El Sevilla se mereció dar el primer golpe al marcador y tras la reanudación, Ocampos se encargó de todo lo que vino después. El argentino, que pisó el campo para el inicio del segundo acto, se colocó bien la pajarita para su puesta en escena y dejó un gol y una asistencia.
El atacante, de espaldas, cazó una buena pelota en el área a centro de Óliver Torres y a la media vuelta ejecutó una volea que fue directa al palo y acabó dentro. No hubo ni tiempo para pestañear cuando el propio Ocampos, al que da gusto verlo de nuevo sonreír, cedió de tacón a Gudelj para que el serbio fusilara a Walter Benítez.
El 3-0 hizo que los de Sampaoli bajaran su intensidad hasta el punto de que el PSV, en apenas cuestión de minutos, estuvo cerca de maquillar el resultado de cara a la vuelta. Ramalho no acertó en una volea desde la frontal y Veerman se topó con el poste izquierdo en un precioso chut.
Finalmente, el Sevilla consiguió mantener su renta de cara a su viaje a Eindhoven. 17 años y seis Europa League después, el cuadro hispalense volverá a la tierra prometida, al lugar en el que comenzó todo.