Bajo el cielo nocturno de Madrid tenía que olvidarse el Atlético de la goleada que le endosó el campeón, pero la esencia rojiblanca es un perfume cuyo olor nunca se olvida. Para ganar había que sufrir y hasta jugando como lo hicieron los de Simeone.
Es cosa de atléticos dar vida a tu rival y rematarlo después. A las barbas se quiso subir el Salzburgo y se topó con la mejor noche de Joao Félix en Europa. Para esto llegó el niño, para hacerse hombre duelos decisivos.
No podía complicarse la vida el Atlético y así lo proyectó sobre el campo, otra cosa es la puntería y la buena o mala suerte. Joao Félix pudo hacer el gol de la Champions League con una perfecta chilena que acabó con el balón explotando contra la madera. En el campo se escuchó como una canción que se pausa en el estribillo.
Pero sirvió para darle más alas a un Atlético que voló lo que le dejó el Salzburgo. El conjunto austriaco perdió a su mejor jugador y, quizá, otro gallo hubiera cantado. Patson Daka, en un taconazo, sintió un pinchazo en la zona posterior del muslo y se fue con un aparatoso vendaje en la pierna.
En la siguiente jugada, las molestias del delantero se reflejaron en el marcador. Se sumó Marcos Llorente al ataque, que hizo un partido de nota, y con un disparo fuerte desde fuera del área batió a Stankovic, que llegó a tocar, no lo suficiente, la bola.
Suárez continuó siendo de gatillo fácil y merodeó el segundo hasta que Héctor Herrera cometió un error en la salida, perdió la carteta y acabó pagando Oblak. Szoboszlai no perdonó ante un portero vendido.
A Simeone se le fue la voz con un cabreo monumental y al descanso se fueron, tras un zapatazo de Koita, ambos equipos con un empate a uno poco sabroso para los 'colchoneros' El Cholo no dudó en llevar la charla del vestuario al césped y con un "el parrtido es hoy, no es otro", arrancó el segundo compás.
De la arenga del Cholo a la remontada
Parecía complicado, pero no. Berisha echó por encima un jarro de agua congelada nada más comenzar los segundos 45 minutos tras una jugada rápida del Salzburgo que pilló completamente en 'shock' al Atlético. Ni Oblak tomó la mejor decisión porque el balón le pasó por delante como extrañas veces ocurre.
Tocaba remontar entre una larga lista de oportunidades y allá que fue Joao Félix. El portugués cogió el timón y llevó al Atlético a puerto seguro menos de diez minutos después. Arrancó, se apoyó en Correa y el argentino se la devolvió en el área pequeña para rematar a placer.
El Cholo apretó los puños, aunque quedaba mucho que caminar. Por supuesto, Oblak no se fue a su casa sin una mano salvadora por un remate que se envenenó tanto que el esloveno reaccionó como un felino.
Koke también probó y tampoco encontró agua. A Simeone se le encendió la bombilla mientras el Salzburgo buscaba un hueco donde ponerse de nuevo por delante y ahí estuvo un Savic que, con un par de voces, mantuvo recta a su defensa.
El argentino quitó Suárez y metió a Lemar en uno de los tres cambios a la vez que hizo y le salió de perlas. El francés contribuyó al regalo que le cayó a Joao Félix y este voleó para poner el tercero en la remontada rojiblanca cuando faltaban cinco minutos para el final. Hubo suspense, aunque tampoco no podía ser de otra manera.