Si bien Leo Messi y Luis Suárez fueron el centro de todos los elogios por la remontada ante el Inter de Milán, hubo un hombre que hizo una labor sorda y cambió al equipo con su entrada al terreno de juego.
La sustitución de Sergio Busquets por Arturo Vidal, que parecía un suicidio, terminó por reencontrar al Barcelona. El chileno, ordenado dentro del desorden que él mismo genera, agitó al Barcelona y evitó que el Inter pudiera salir jugando desde atrás como estaba haciendo hasta entonces.
El cambio colocó al actual Barça en las antípodas de aquel que maravilló al mundo con un juego de toque, pero fue justo lo que pedía el partido para el equipo azulgrana.
Arturo Vidal, sin titularidades esta temporada y con solo 106 minutos de juego en cinco partidos -contando los 40 minutos ante el Inter-, demostró que está listo para jugar mucho más.
Aunque el futbolista no es ningún chaval, ha aportado algo siempre que ha jugado con el Barcelona, que ha sufrido sin un perro de presa como él en algunos de los partidos disputados lejos del Camp Nou.
"Arturo nos aporta desorden y eso, que puede parecer un defecto, es una virtud porque sube la línea de presión. Aparece por donde menos se lo espera el rival, juega en las zonas calientes del campo y siempre mira a portería. De hecho, nada más salir al campo ya ha tenido un disparo a portería", apuntó Valverde del ex del Bayern, que además le dio la asistencia del 1-1 a Luis Suárez.
El jugador, alabado por todos sus compañeros tras el choque, nunca ha tenido un puesto fijo en el Barça de Valverde. De hecho, apenas fue titular en 29 de los 53 partidos que jugó en su primera temporada de azulgrana.
Quizás sea la solución que necesita el conjunto 'culé' para los partidos en los que, hasta ahora, al Barcelona le ha costado tirar de galones esta campaña. Fundamentalmente a domicilio.