El aficionado del Real Madrid suele frotarse las manos con los nombres que busca su club en el mercado de fichajes. Porque Florentino Pérez siempre busca lo mejor, porque es difícil rechazar ir al club blanco y porque la entidad maneja grandes posibilidades económicas. Pero, ¿alguien se ha imaginado un verano sin incorporaciones blancas?
Pues es lo que podría suceder en la ventana que viene. Varias circunstancias se alían para ello. Para empezar, la crisis económica que ha generado la pandemia. Los clubes no solo han perdido mucho dinero, sino que han dejado de ingresar y será la tónica, al menos en los próximos meses.
El fútbol a puerta cerrada continuará mellando bastante el músculo financiero. Y, aunque el Madrid siga siendo el más valorado, obviamente no puede ser ajeno a ello.
A ese sentido común de aplacar el gasto se une la imposibilida de usar el Bernabéu, que está de reformas, con toda la actividad económica que suele generar.
Y los ambiciosos objetivos de mercado, como Kylian Mbappé o Erling Haaland se mueven ahora en parámetros desfasados. Y, claro, sus clubes no rebajarán lo que piden por ellos dado que baja su precio, pero no su valor.
Incluso por jóvenes como Camavinga las peticiones son bastante altas, por lo que la posibilidad de que al final no venga nadie se hace más real con el paso de las semanas. Zidane puede estar tranquilo, pues podría confeccionar hasta tres onces solventes con lo que tiene actualmente en plantilla y los cedidos que podrían volver para quedarse.
Es más, nos encaminos a un mercado en el que el club de Chamartín podría contar con superávit, ya que la idea es dar salida a varios jugadores. Algunos importantes, como James o Bale, por los que podría sacar bastante dinero.