En un juicio rápido celebrado este lunes en el juzgado de instrucción número 27 de Barcelona, Piqué se ha conformado con una pena de multa y ha saldado así la causa que tenía abierta por un delito contra la seguridad del tráfico, después de que la Guardia Urbana lo sorprendiera el pasado mes de agosto conduciendo sin puntos en el carné.
Tal y como se prevía, el central del Barcelona acató la pena impuesta, ya que apenas tenía argumentos a su favor para rebatirla.
Tras su comparecencia, Gerard Piqué trató de escabullirse del aparcamiento con discreción para evitar que los periodistas agolpados en la puerta del juzgado pudieran hacerle preguntas, algo que no logró.
En su día, en torno a las 15:00, el jugador de Ernesto Valverde fue parado por varios agentes de la Guardia Urbana en el distrito del Eixample. Al requerirle la documentación, descubrieron que no le quedaba un solo punto en el carné.
De lo que sí se libró el jugador azulgrana es de una sanción de código interno, puesto que ene su momento el Barcelona aseguró que no se planteaba ningún castigo al ser una cuestión de la esfera privada del jugador.
A pesar de quedarse sin puntos, al polémico futbolista se le vio moverse por la ciudad con una bicicleta eléctrica que en la mayoría de los casos exige la disposición del carné de conducir.
Precedentes
No es la primera vez que tiene que rascarse el bolsillo por un acto de estas características. En marzo de 2015 fue condenado a una multa de 10.500 euros por increpar de forma airada, despectiva y agresiva a dos agentes de al Guardia Urbana que habían multado a sus hermano por dejar su coche mal estacionado.
Además, respecto al régimen interno del Barça, hace un par de temporadas también se convirtió en el líder destacado de los castigos económicos por llegar tarde.